Sobre la Danza oriental

La Danza Oriental o más conocida como Danza del Vientre ya se practicaba en la antigüedad como ritual sagrado para favorecer la fertilidad y la buena cosecha del campo. Paralelamente, en determinadas culturas, no sólo la árabe, las mujeres practicaban distintos movimientos de pelvis y de cadera como preparación al parto.

 

La práctica de esta danza ha llegado hasta nuestros días convirtiéndose en una de los bailes más populares para potenciar la autoestima y tonificar el cuerpo. Ofrece un espacio donde poder liberar tensiones de manera divertida y gratificante, a la vez que aporta un importante beneficio físico.

 

A nivel físico es un ejercicio de bajo impacto, por lo que puede ser practicado por personas de cualquier edad y complexión física -a excepción de determinadas patologías-. En ella se pone especial énfasis en la zona de las caderas y la pelvis, pero también se trabajan el resto de zonas corporales.

 

A nivel mental se producen importantes beneficios, ya que al combinar movimientos de distintas partes de cuerpo, se estimulan los procesos relacionados con la atención, concentración, memoria y representaciones mentales del esquema corporal. Por otro lado, todos los movimientos tanto musculares como espaciales –desplazamientos- se han se realizar con el lado derecho e izquierdo del cuerpo, con lo que se va adquiriendo un mayor equilibrio en ambos hemisferios cerebrales –lateralidad-.

 

La autoestima mejora cuando la persona comprueba que no importa la edad, peso o estructura física que se tenga, porque la belleza no reside sólo en la imagen, sino en la armonía, soltura y fluidez del cuerpo relajado moviéndose rítmicamente al compás de la música. Además, se aprende a aislar el movimiento del vientre, las caderas, el pecho... para que se tome auténtica conciencia de estas partes del cuerpo, reconocerlas y aceptarlas tal cual son.

 

Los estados de tensión y estrés también mejoran debido, entre otros factores, al trabajo que se realiza durante la danza con la respiración. Al aprender a controlarla se modifican los posibles malos hábitos instaurados -respiración superficial, rápida y entrecortada-.

 

Por último, el acercamiento de distintas tradiciones culturales, existiendo múltiples conexiones entre el flamenco y las danzas árabes, por citar un ejemplo, promueve la comprensión e integración social entre los pueblos.